viernes, 22 de junio de 2012

Una noche especial.



El me pasa a buscar, ocho en punto sin tardar.
Con una caja de bombones en la mano.
Abre las puertas de su coche y me deja pasar.
Sin ser descortés, un tonto educado, huele mas que bien.
Me hace reír de las cosas mas tontas.
Y aunque no se donde vamos, me gustan esos viajes largos.
Se frena en una tienda a comprar.
Algo de comida y alcohol que nos pueda acompañar.
Y como tal, la música nunca podría faltar.
Escuchando buen rock, tomando fotografía de cada instante en especial.
Bien sabíamos que volveríamos amarnos, en cada noche como esta.
El y yo, nos llevábamos muy bien, saltabamos de un tema a otro.
Con cualquier cosa nos podríamos entretener.
Se veía muy bien, con esos ojos brillantes y una sonrisa de diez.
Frena su coche y abre su puerta otra vez.
Me toma la mano, para ayudarme a bajar.
Se oía muy desolado aquel lugar.
Pero con un sonido del viento muy especial.
Con la música de lejos, nos sentamos sobre la arena a charlar.
Mientras muy claro sonaba el mar.
Toda la noche, ahogandonos en risa, sin nada que callar.
Bien sabíamos que volveríamos amarnos, alguna otra noche igual.

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